jueves, 22 de abril de 2010

Dimensiones y Formas


Algunas obras de arte -estrambótico o no- buscan la tercera dimensión, un trazo arquitéctonico, una idiosincrasia adecuada, un volumen en el que el tiempo sea tiempo, pura índole (Bergson) y no una burocracia temporal, simple transmisión obligada. Algunas adquieren la tercera dimensión en su contenido, otras en su formato, las privelegiadas en ambas, dominando así la tercera dimensión, cortejando con una cuarta o quinta. La quinta dimensión agrieta el campo de lo inverosímil- el espectador no sólo reside la obra, sino que también se traspapela en ella- y sólo una obra de las que enumeraré a continuación cumple con ella: Imperio de David Lynch.
Por otro lado, Hollywood contemporiza un gran déficit habitacional.
Persona (Bergman , adquiere dimensión en forma)
Noctámbulos (Edward Hopper, adquiere un contenido)
Para los árboles (Luis Alberto Spinetta, adquiere contenido-forma)
El jardín de las delicias (El Bosco, adquiere contenido-forma)
Las ruinas circulares (Borges, adquiere forma)
Los abrazos rotos (Pedro Almodovar, adquiere forma)
Libertango (Astor Piazzolla, adquiere forma)
Concierto para piano nº 1, 1er movimiento (Tchaikovsky adquiere forma)
La persistencia de la memoria (Salvador Dalí adquiere contenido)

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